La bailaora
Mis pasos vienen del flamenco, mi mestizaje me recuerda de donde vengo, mis aspiraciones son las de toda una generación… Hoy en día mi baile no pertenece a un movimiento cultural especifíco. Liberarme para encontrarme por fin… Creando mis espectáculos, me atrevo a explorar ese panel de culturas que se imponen a mi, para que nazca un lenguaje, el mío.
El baile de Ana
«En el cara a cara que opone el artista a su público, actúan y vuelven a actuar nuestras más íntimas historias… El trabajo artístico de Ana Pérez se basa sobre esta certidumbre.
Asistir al baile de Ana, es dejarse llevar hacia un combate fundamental para la vida. Una lucha, entregada cuerpo y alma, a la conquista de su propia existencia.
Asistir al baile de Ana, es no permitirse jamás la más mínima facilidad… ¡No! Nos obliga a ver más allá de su belleza, a centrarnos en las energías que nos invaden, en nuestras guerras más profundas. En esta expresión espectacular, no se trata de narración, sino de sentimientos brutos, impetuosos y casi irreprensibles que irrumpen en el escenario. La artista ofrece su cuerpo, y su alma seguramente, a la ola que nos sumerge maltratando nuestro aliento de espectador. Se ha vuelto experta en el arte de construir partituras hechas de silencios intensos y graves, de zapateados rabiosos, y de las sublimes elevaciones líricas en su baile. Y algunas veces… la dulce música de su respiración viene a sosegar nuestras frágiles humanidades…
¡Pero no nos equivoquemos! Aunque el talento aparezca evidente, no deja de haberse forjado en el sudor y la sangre, como la historia ancestral que lleva en sus entrañas aquella hermosa mulata. Quizás sea la consciencia exacerbada de aquella responsabilidad histórica que le da al baila de Ana Pérez una fuerza tan peculiar.»
Patrick Servius
